lunes, 20 de junio de 2016

Evangelio de marcos estudio.



Segundo libro del Nuevo Testamento y el más antiguo de los cuatro Evangelios. El Evangelio de Marcos describe más a la persona de Jesús por lo que hace que por lo que dice. Se caracteriza por un estilo vívido y directo.

 Estructura Del Libro
 El libro puede dividirse en dos secciones. En la primera sección el eje geográfico es Galilea, región que despreciaban los judíos por estar poblada en parte por gentiles. Allí es donde Jesús predica y hace milagros públicamente. Pero sus enseñanzas y actos siguen siendo incomprensibles aun para los discípulos. El período de la predicación en Galilea termina con la confesión de Pedro y la Transfiguración, donde se revelan la identidad de Jesús y el misterio de su destino.
 En la segunda sección, Jesús va camino de Jerusalén, y cuando llega concentra allí su ministerio por varios días. La hostilidad contra Jesús culmina con su crucifixión en la capital misma de la religión judía.
 MARCOS:
 Un bosquejo para el estudio y la enseñanza
 I. El precursor del Siervo 1.1-8
 Primera parte: La presentación del Siervo (1.1-2.12)
 II. El bautismo del Siervo 1.9-11
 III. La tentación del Siervo 1.12-13
 IV. La misión del Siervo 1.14-2.12
 I. La oposición inicial al Siervo 2.13-3.35
 Segunda parte: La oposición al Siervo (2.13-8.26)
 II. Las parábolas del Siervo 4.1-34
 III. Los milagros del Siervo 4.35-5.43
 IV. La creciente oposición al Siervo 6.1-8.26
 I. Pedro confiesa a Cristo 8.27-33
 Tercera parte: La instrucción del Siervo (8.27-10.52)
 II. El costo del discipulado 8.34-9.1
 III. La transfiguración 9.2-13
 IV. Se libera a un hijo poseído del demonio 9.14-29
 V. Jesús predice su muerte 9.30-32
 VI. Jesús enseña para preparar a los discípulos 9.33-10.45
 VII. La sanidad del ciego Bartimeo 10.46-52
 I. La presentación formal del Siervo 11.1-19
 Cuarta parte: El rechazo del Siervo (11.1-15.47)
 II. La instrucción sobre la oración 11.20-26
 III. La oposición de los líderes 11.27-12.44
 IV. La instrucción sobre el futuro 13.1-37
 V. La pasión del Siervo 14.1-15.47
 I. La resurrección de Jesús 16.1-8
 Quinta parte: La resurrección del Siervo (16.1-20)
 II. Las apariciones de Jesús 16.9-18
 III. La ascensión de

 Autor Y Fecha
 Aunque el Evangelio es anónimo, a su autor se le llama MARCOS; y desde el siglo IV se le ha identificado con el Marcos mencionado en el Nuevo Testamento, que por cierto no era apóstol como Mateo o Juan. Varios cristianos antiguos se refieren a este Evangelio y a las circunstancias en que este fue escrito. El testimonio más antiguo (Papías, ca. 110 d.C.) dice así: "Marcos, quien fue intérprete de Pedro, escribió exactamente, aunque sin orden, todo lo que recordaba, tanto las palabras como las acciones del Señor". De este y otros documentos se desprenden varios datos que concuerdan con los estudios modernos. En una época cuando la tradición cristiana tendía a atribuir la redacción de los Evangelios a los apóstoles, es improbable que Marcos haya sido designado como autor sin razones históricas fehacientes.
 Si bien Marcos no siguió a Jesús en su vida terrestre, como "intérprete de Pedro" pudo transcribir con fidelidad las enseñanzas del Maestro. Su dependencia de Pedro se recalcó tanto en la tradición eclesiástica que el segundo Evangelio llegó a considerarse una simple transcripción de las memorias de Pedro. La realidad es más compleja, como veremos.
 Desde fecha muy temprana, el Evangelio recibió críticas por su falta de orden y por incompleto (posiblemente por los círculos en que se escribieron Mateo y Juan). Sufrió en particular la comparación con Mateo, ya que este Evangelio se atribuía a un apóstol, era más extenso y ordenado, y retrataba a Cristo en forma más comprensible y atractiva. De ahí el escaso interés de los comentaristas en Marcos hasta el siglo pasado.
 Para determinar cuándo se redactó este Evangelio, existen varios testimonios antiguos. Los mejores (por ejemplo, Papías, allá por el 110 d.C. e Ireneo, allá por el 180) afirman que Marcos escribió después de la muerte de PEDRO, ocurrida entre 64-68 d.C. Además, el discurso escatológico de Marcos 13 refleja probablemente una situación anterior a la destrucción de Jerusalén por los romanos en el 70 (Mc 13.14; cf. Lc 21.20). Así que podemos fechar la composición de Marcos entre el 65 y el 70 d.C. Otros lo datan diez años antes.

 Marco Histórico
 La tradición antigua según la cual Marcos escribió en Italia se confirma por indicios como la traducción al latín de algunas expresiones griegas (12.42; 15.16) y la alusión al romano RUFO (15.21). No obstante, los latinismos (5.9; 6.27, 37, etc.) no constituyen un argumento decisivo ya que casi todos son palabras técnicas de uso común en todo el imperio. La rápida difusión y aceptación de un Evangelio bastante deslucido comparado con los otros, y sin patrocinio apostólico directo, se entendería mejor de haberse editado en una iglesia de gran prestigio como la de Roma. Además, parece estar dirigido a un público de cristianos procedentes de otras tradiciones religiosas (y no del judaísmo) por la explicación de las palabras arameas (3.17; 5.41; 7.11, 34; 14.36; 15.22) y de ciertas costumbres judías (7.3, 4; 14.12; 15.42). Así que es muy probable que Roma haya sido el lugar de origen al menos en cuanto a la redacción final. Con todo, no se puede descartar la posibilidad de que una primera versión de este Evangelio (o parte de sus elementos) provenga de otro medio (como Palestina).

 Aporte a La Teología
 El Evangelio de Marcos es una obra literaria original y obedece a un propósito determinado. Este propósito no es en primer término biográfico, aunque sí hubo curiosidad en la iglesia sobre la vida de Jesús, sino teológico. Se ha llegado a llamar el Evangelio de Marcos un tratado de capacitación para equipos misioneros. Marcos quiere edificar a la comunidad cristiana ofreciéndole una serie de enseñanzas puestas en el molde de un relato de la vida terrenal de Jesús. No siendo un historiador moderno, le interesa menos la precisión cronológica y geográfica de su relato que la significación que tiene. Para él, el pasado y el presente se confunden; el Jesús que predicaba y curaba a los enfermos en Palestina se identifica totalmente con el Señor resucitado que habla y actúa en la iglesia contemporánea de Marcos.
 Un rasgo muy original del retrato de Jesús en Marcos es el llamado "secreto mesiánico". Jesús rehuye la publicidad y procura ocultar su identidad de Mesías o de Hijo de Dios (1.24s; 34, 44; 5.43; 7.36, etc.); prefiere enseñar privadamente a sus discípulos (4.10-12; 7.17-30, etc.), quienes, sin embargo, no entienden el verdadero sentido de sus dichos y milagros (6.52; 8.17ss). Algunos autores ven en el secreto mesiánico una invención de Marcos o de su comunidad, pero este aspecto del Evangelio tiene bases históricas. Jesús impulsó el silencio para evitar un entusiasmo popular de tipo revolucionario, o porque la naturaleza misma de su misión se lo exigía. No quería discípulos que le siguieran únicamente por los milagros que Él hacía. Se puede aceptar perfectamente que el secreto mesiánico sea una formulación teológica de la comunidad primitiva y afirmar a la vez que se apoya en una realidad histórica. Jesús, al vincular la predicación de la inminencia del reino de Dios con su propia persona, dio a su vida un significado implícitamente mesiánico.
 Con la sistematización del secreto, Marcos quiso destacar el carácter misterioso de Jesús, y especialmente de la necesidad de su pasión y muerte (cf. 10.45). Para él, ningún título ni ninguna confesión de fe abarcaba totalmente la significación de la vida, cruz y resurrección del Señor. Más importante aún que la creencia recta es la acción recta, el seguimiento de Jesús: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame" (8.34).
 Esta tendencia antidogmática y activista de Marcos se expresa también en su concepción de la iglesia y en el entusiasmo misionero que llena su obra. Su Evangelio es la historia del compañerismo de Jesús con los suyos (cf. 3.14) que perdura en la iglesia contemporánea del evangelista. El Resucitado es el único jefe de la Iglesia, y nadie puede arrogarse una autoridad universal en la comunidad. De ahí la marcada reserva de Marcos hacia los discípulos, cuya incomprensión, ambición y exclusivismo señala varias veces (8.33; 9.38-41, etc.), y sobre todo hacia la familia de Jesús. Algunos han concluido que los pasajes 3.20s, 31-35 constituyen una censura indirecta de la hegemonía de JACOBO, hermano de Jesús, sobre la iglesia de Jerusalén.
 El evangelista enfatiza a lo menos cinco "contradicciones" en la vida y misión de Jesucristo: (1) entre su divinidad y humanidad, (2) entre el Jesús victorioso y el Cristo de la cruz, (3) entre la levadura de muerte y el pan de vida, (4) entre la docencia ortodoxa y el discipulado vivencial y (5) entre la religiosidad eclesiocéntrica y una visión hacia el mundo. A partir de estos rasgos polémicos, se puede vislumbrar el tipo de iglesia que Marcos encomia: abierta, sin límites rígidos, popular, sin preocupación intelectual y apologética exagerada, y movida totalmente por la exigencia dinámica de la conquista misionera.
 La división del Evangelio en dos períodos y en dos zonas geográficas no obedece tanto a un desarrollo sicológico en la personalidad de Jesús, ni a una sucesión cronológica de acontecimientos, como a la expresión de una verdad teológica: el misterio de la salvación en Jesús no se entiende sino después de la resurrección.
 ¿Quién es Jesús para Marcos? ¿Cómo ve su persona y su obra? Comparado con los otros Evangelios, Marcos es moderado en el uso de los títulos relativos a Jesús. En ochenta y un casos lo llama sencillamente "Jesús". El término "Cristo" aparece solo siete veces, y nunca dicho por Jesús. En Marcos, Jesús suele designarse "Hijo del hombre", mientras que Marcos prefiere el título de "Hijo de Dios" que aparece en momentos clave del relato: al principio, en el relato del bautismo de Jesús (1.11), en el centro, dicho por la voz divina que se escucha en la transfiguración (9.7) y al final, en la confesión del centurión gentil al pie de la cruz (15.39). Según algunos más antiguos, Marcos lo incluyó también en el título de su libro (1.1).

 Otros Puntos Importantes
 Las distintas escuelas de crítica bíblica llegan a una misma conclusión: el Evangelio de Marcos no es una obra enteramente original, nacida toda de la mente del evangelista, sino que este se valió de tradiciones orales o escritas que no se han conservado.
 El léxico y el estilo de Marcos son típicos del habla popular. Su vocabulario contiene más diminutivos, más palabras arameas o hebreas y más transcripciones de palabras latinas que cualquier otro libro del Nuevo Testamento. La sintáxis es sencilla: las oraciones se coordinan solo mediante la yuxtaposición o la conjunción "y" y los adverbios "después", "entonces", "en seguida" y frases similares. El análisis textual más reciente reconoce que lo que antes se consideraba como señal de un estilo poco refinado y artístico (como las frecuentes expresiones redundantes y parénteticas que interrumpen la narración) son artificios editoriales que Marcos usa en forma genial para destacar hechos o palabras con aplicación teológica (por ejemplo, 3.20-35 5.21-43). Lo mismo ocurre con las anticipaciones (analepsis, cf. 3.9 y 4.1; 11.11 y 15-19; 14.54 y 66-72), repeticiones (prolepsis, cf. 1.32, 35; 4.2, 39; 5.39; 14.61; 15.25; 16.2) frecuentes paralelismos y estructuras concéntricas (quiamos, cf. 1.16-20 [21/28] 29-31; 14. 53-54 [55-65] 66-72). Marcos, además, usa palabras ("pan", "levadura") y espacios físicos ("camino", "mar", "monte", "desierto", "ciudad", "casa", "templo") en forma simbólica y con intención teológica. Lejos de ser un narrador ingenuo, a Marcos se le considera hoy un teólogo profundo.
 Una teoría muy antigua afirma que Marcos se inspiró en otro Evangelio anterior. Desde San Agustín, prevalecía la opinión de que Marcos no era sino una imitación y abreviación de Mateo, pero se dejó de subestimarlo en el siglo XIX al reconocerse que en realidad Marcos no solo era anterior a Mateo y Lucas, sino que les había servido de fuente a los dos ( EVANGELIOS). El evangelista Marcos creó el género literario "evangelio", combinando por primera vez los dos aspectos de la tradición anterior relativa a Jesús: los dichos y las narraciones.
 Para descubrir las fuentes de Marcos, es indispensable estudiar la tradición evangélica que le precede en su estado oral. A continuación se dan algunos ejemplos de la agrupación de las unidades, aisladas en un principio.
 Marcos 2.1-3.6 contiene cinco narraciones breves que enmarcan y ponen de relieve ciertas sentencias de Jesús (2.10, 17, 19, 27, 28; 3.4). Esas historias carecen de detalles realistas y de indicaciones temporales y geográficas. No fueron agrupadas para contar una serie de acontecimientos, sino para dar a conocer la opinión de Jesús sobre problemas de importancia vital para la comunidad cristiana (el perdón de los pecados, el ayuno, la actitud respecto al sábado, etc.).
 Marcos 4.35-5.43 es de un carácter muy distinto. Contiene cuatro narraciones de milagros donde el interés principal es el relato del acontecimiento mismo. En contraste con 2.1-3.6, están vinculadas por anotaciones de lugar y de tiempo, y ofrecen detalles concretos. Las narraciones de milagros, construidas según un mismo esquema, ocupan un lugar importante en Marcos (1/5 de la totalidad del Evangelio), y recalcan el poder de Jesús sobre los demonios y la naturaleza, o bien para manifestar su misericordia para con los desdichados.
 Una tercera clase de material utilizado por Marcos son los dichos y parábolas de Jesús. En 8.34-9.1 y en 9.33-50, por ejemplo, tenemos dos colecciones de sentencias primitivamente aisladas y luego recopiladas en relación con un tema para facilitar su aprendizaje.
 Por último, Marcos incluye un cuerpo de tradición independiente, el relato de la Pasión. El enfoque principal del evangelista es la muerte y resurrección de Jesús como fundamento de la vida y misión de la Iglesia. Por eso algunos dicen que Marcos es un relato de la Pasión de Jesús (14.1-16.8a) con una larga introducción (1.11-3.37).

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